El primer ministro Recep Tayyip Erdogan iniciará hoy, 28 de enero, una visita oficial de dos días a Teherán para reunirse con el presidente iraní Hasán Ruhaní. Se espera que el premier turco firme un acuerdo de cooperación estratégica, según informa Today's Zaman.
Si bien el ministro de Asuntos Exteriores turco, Ahmed Davutoglu, estuvo en Teherán en noviembre del año pasado y anunció que la visita de Erdogan tendría lugar pronto, el momento elegido para la misma resulta algo inoportuno. El viaje tiene lugar en medio de un escándalo de corrupción en el que se vincula a miembros de alto rango de la Administración turca y del mundo empresarial con la macrotrama "gas a cambio de oro", destinada a eludir las sanciones, y que aportó unos 13.000 millones de dólares en oro turco al vecino Irán entre 2012 y 2013.
Entre las figuras sometidas a escrutinio se encuentra Suleimán Aslan, director del Halkbank, propiedad del Estado, que fue fundamental en la puesta en práctica de "gas a cambio de oro". Al parecer, las autoridades descubrieron 4 millones y medio de dólares "ocultos en cajas de zapatos en la biblioteca de la casa de Aslan", según informó el Hurriyet Daily News. Aslan declaró que el dinero iba destinado a caridad.
Varios iraníes también se vieron envueltos en la trama de corrupción. Reza Zerrab, un empresario irano-acerí, fue acusado de realizar "transacciones monetarias irregulares, en su mayoría desde Irán, por un total de 87.000 millones de euros", informó Today's Zaman. Al parecer, Zerrab "transfirió oro a Irán a cambio de dinero en 2012, gracias a sus relaciones con ciertos políticos de élite", según establecen otras informaciones. Otras noticias (aquí y aquí) afirmaron que el ministro de Economía de Turquía aceptó sobornos de Zerrab. Un nuevo informe insinúa que estuvo implicado en la trama para asesinar al embajador saudí en Estados Unidos en 2011.
Otro personaje implicado en la investigación es Mehdi Shams, antiguo ejecutivo de la empresa de transporte marítimo Islamic Republic of Iran Shipping Lines (IRISL), que adquirió la compañía turca Onur Air en una operación por valor, al parecer, de 250 millones de dólares. En una trama destinada a sortear las sanciones establecidas sobre piezas para aviones, Shams transfirió cinco aviones Airbus para transporte de pasajeros a Irán, a la compañía Qaeshm Air, propiedad del multimillonario iraní Babak Zanyani.
Zanyani, que preside el Grupo Sorinet, un holding del que forma parte una gran empresa de cosméticos de Turquía, fue sancionado por Estados Unidos y la Unión Europea por ayudar a Irán a eludir las sanciones. A finales de diciembre de 2013, las autoridades iraníes lo detuvieron, acusándolo de defraudar 2.000 millones de dólares al régimen. Aún no está claro por qué Ankara lo autorizó a hacer negocios en Turquía. Ha sido claramente identificado dentro de las tramas iraníes para eludir sanciones.
En vez de distanciarse de estos problemas con Irán, Erdogan parece estar aumentando su compromiso. La visita resulta aún más curiosa en vista del hecho de que, oficialmente, Ankara se opone al ilícito programa nuclear iraní y, en la práctica, es enemiga jurada de la República Islámica en lo relativo a la guerra civil siria.
Ciertamente, puede que Erdogan esté intentando mantener la paz con un vecino difícil, pero, si tenemos en cuenta que las relaciones entre Irán y Occidente se están distendiendo como consecuencia del Plan de Acción Conjunta (PAC), que entró en vigor el pasado día 20, su viaje podría suponer un reconocimiento de que la influencia de Teherán en la región va en aumento, y de que su programa nuclear parece imparable.
El Departamento del Tesoro estadounidense advirtió ayer a Turquía de que Irán "no está abierto para los negocios". Sin embargo, es innegable que los países están haciendo cola para hacer negocios con Teherán. Dado que los representantes turcos reconocen abiertamente que hay nuevos beneficios económicos que cosechar como consecuencia del levantamiento de sanciones en virtud del PAC, la visita de Erdogan puede significar que Turquía ha optado por nadar a favor de la corriente.